Bruselas ha propuesto un recorte del 40% en emisiones de CO2, fija una cuota obligatoria del 27% de renovables para toda la UE, pero no marca metas individuales, y prescinde de un objetivo de eficiencia energética.
La Comisión Europea propuso el pasado miércoles fijar un objetivo obligatorio de recorte de emisiones de CO2 para la UE del 40% en 2030 (respecto a los niveles de 1990) para mantener el liderazgo en la lucha contra el cambio climático. Bruselas pide además una cuota obligatoria de renovables del 27% para la UE, pero sin fijar metas individuales para cada uno de los Estados miembros, y prescinde del objetivo de eficiencia energética en 2030.

Con este conjunto de medidas sobre energía y cambio climático, el Ejecutivo comunitario quiere dar seguimiento al triple objetivo obligatorio que la UE se fijó para 2020: un 20% de recorte de emisiones, un 20% de cuota de renovables y un 20% de ahorro energético.
No obstante, la gran crisis económica que ha vivido la UE en estos últimos años ha mandado a un segundo plano a la lucha contra el cambio climático y ha generado que aumente la presión para relajar las metas de reducción de emisiones y de renovables, en particular de la industria.

Estas presiones han surtido efecto a la hora de relajar el objetivo de renovables y prescindir del de eficiencia energética. Pero por lo que se refiere a la reducción de emisiones, finalmente se ha impuesto la meta del 40% que defendía la comisaria de Acción por el Clima, Connie Hedegaard, frente al 35% por el que apostaban los responsables de Industria, Antonio Tajani, y Energía, Günther Verheugen.

El objetivo del 40% ya cuenta con el apoyo de España, Francia, Reino Unido, Italia, Alemania y Holanda -que firmaron una carta conjunta-; Irlanda, Dinamarca, Suecia, Eslovenia, Portugal o Finlandia también están apoyando. Pero la patronal europea, BusinessEurope, ya ha indicado que un recorte del 40% sería demasiado grande porque el resto de socios internacionales de la UE no están haciendo esfuerzos comparables. En contraste, las organizaciones ecologistas creen que el objetivo del 40% no es suficientemente ambicioso para frenar el calentamiento global.

Cambio de postura en renovables

En cuanto a las renovables, finalmente sí habrá una cuota jurídicamente vinculante para el conjunto de la UE del 27%, algo que hace unos días parecía desestimado. Sin embargo, Bruselas renuncia a fijar metas individuales para cada Estado miembro, como ocurre en la actualidad, alegando la necesidad de respetar las importantes diferencias en la cesta energética de cada país.

Mientras Alemania y Francia han firmado una carta con otros seis países – Austria, Bélgica, Dinamarca, Irlanda, Italia y Portugal- en la que piden a la Comisión un nuevo objetivo de renovables para 2030 que incentive las inversiones en el sector, otros países con Reino Unido rechazan un objetivo obligatorio porque su apuesta se dirige más a la energía nuclear o al gas pizarra. Tampoco España -donde las primas a las renovables son uno de los factores que ha disparado el déficit de tarifa eléctrica- quiere que la UE fije un nuevo objetivo para 2030.

Los Estados miembros deberán elaborar planes de acción obligatorios, en los que expliquen qué pretenden hacer en materia de renovables. El Ejecutivo comunitario evaluará si estos planes son suficientes para alcanzar el objetivo europeo y, en caso contrario, podría pedir medidas adicionales o incluso legislar.

El objetivo que sí desaparece por completo para 2030 es el de eficiencia energética. Bruselas lo justifica por la necesidad de estudiar la cuestión más en profundidad en la revisión de la directiva sobre eficiencia energética, que debe concluir a finales de este año. Sólo entonces se planteará si es necesario modificar la legislación. La Eurocámara había reclamado una cuota obligatoria de ahorro energético del 40%.

Los nuevos objetivos deberán ser refrendados por los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 en la cumbre que celebrarán a finales de marzo.

Comercio de emisiones

Además de estos nuevos objetivos en materia de cambio climático y energía, Bruselas ha mostrado este miércoles una propuesta para reformar el mercado de emisiones de CO2 creando una reserva de estabilidad. En concreto, la Comisión propone que en momentos de crisis económica puedan retirarse del mercado permisos de CO2 para evitar un exceso de oferta y que los precios se desplomen.

Estos permisos entrarían en la reserva de estabilidad, en la que se incluirían ya los 900 millones de toneladas cuya subasta se ha aplazado hasta 2019-2020, y volverían al mercado cuando la economía vaya bien y aumente el consumo energético.

Bruselas propone que los criterios para determinar cuándo deben retirarse permisos de CO2 del mercado estén predefinidos -teniendo en cuenta las previsiones económicas de la Comisión o los índices de producción industrial- y se apliquen de forma automática, sin una autoridad central de regulación.

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